Haces la maleta, vas al aeropuerto, coges un avión y en unas horas te plantas en otra ciudad. Un lugar donde no conoces a nadie y nadie te conoce a ti, de repente te sientes liviano, casi volátil.
Podrías ser cualquiera y no ser nadie. Tu ligereza hace que tus movimientos sean ágiles y rápidos. No sientes la pesadumbre de lo que eres en tu lugar habitual. Tus ojos miran vivamente todos los rincones de esta ciudad, estas despierto, alerta. Estas vivo.
Hablas o intentas entender una lengua que ahora disfrutas y te parece más hermosa que nunca. Una lengua que no es tu lengua materna, pero que al viajar y vivir en ese instante, te parece graciosa y divertida.
Las caras de la gente tienen más brillo y más nitidez. Tu percepción se agudiza como nunca. El tiempo pasa a una velocidad endiablada. La calles y edificios cobran vida delante de tu ojos. Tienes una energía extraordinaria. Estas vivo.
Grandes sensaciones te esperan en tu próximo viaje. Espero que sea pronto.
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