martes, 7 de noviembre de 2017

GRUPOS POLÍTICOS PARANOIDES

Existen estudios, corroborados con numerosos ejemplos, sobre ciertos grupos políticos, más evidente en los de extrema derecha y los de extrema izquierda pero no necesariamente, en los que puede reconocerse un enfoque paranoide. Esto es, un delirio fijado en una idea o en un orden de ideas que puede sobrepasar la realidad para lograr su fin, incluso desafiando cualquier norma de convivencia o de orden jurídico establecido.

Estos grupos políticos paranoides recalcan la ineficacia, la corrupción y la maldad de los que ostentan el poder. A menudo, sus acusaciones tienen una cierta exactitud en lo que respecta a que los que están en una posición de poder, hacen todo lo posible para mantener un estricto control y negar faltas o errores conocidos, asimismo, también piensan que la facción que ostenta el poder está muy poco deseosa de aceptar sus peticiones. 

Richard Holfstadter acuñó la concepción de “estilo” político paranoide. Este estilo es el que caracteriza a los oradores con discursos delirantes que encabezan los grupos políticos paranoides. Estos oradores políticos utilizan un discurso suspicaz, provocador, combativo, grandilocuente y con tendencia a la indignación. También consideran que las conspiraciones se dirigen contra su territorio, su pueblo y su modo de vida. Dado que no personalizan sus discursos en nadie en concreto, pueden llegar a aparentar racionalidad y objetividad. Y es aquí donde encuentran a sus seguidores, en esa apariencia de normalidad.

Para desenmascarar a estos oradores de estilo político paranoide podemos confrontar su discurso con lo básico de una democracia. Y según Fernando Savater lo básico, lo característico de la democracia actual es que los ciudadanos son iguales más allá de su genealogía, su lugar de nacimiento, su sexo, su color de piel, sus creencias religiosas o filosóficas, sus capacidades... Desde el punto de vista político no hay varones, mujeres, negros, catalanes, mahometanos, aficionados al billar o dotados de buena voz: solo ciudadanos libres e iguales que comparten una ley común, a partir de la cual eligen su trayectoria en libertad.

martes, 10 de octubre de 2017

LA ESTRATEGIA DEL NACIONALISMO CATALÁN INDEPENDENTISTA: SEMBRAR EL CAOS

Una vez más, como ya ha ocurrido tantas veces a lo largo de la historia, la vileza del ser humano vuelve a florecer. En varios medios de comunicación (El País, El Confidencial…) hoy aparece publicada la “hoja de ruta” del independentismo catalán. Cuando lees los titulares da miedo. Los gobernantes de Cataluña han ninguneado y ningunean la democracia, las leyes, la convivencia de la sociedad y el respeto más básico a los ciudadanos. En su hoja de ruta relatan que todo su empeño y su trabajo es generar la máxima inestabilidad social y económica y enfrentamiento ciudadano y entre instituciones para llegar a un momento de asfixia total y provocar así que el gobierno español ceda y negocie la independencia de Cataluña. Imposible decir que es un plan muy noble y democrático. Y además, en su propaganda manipulada cuentan absolutamente lo contrario. Su maldad es despreciable.

Cuando profundizas y lees la noticia, o incluso el documento entero, te das cuenta de porqué durante siglos ha habido guerras y genocidios. Como si se tratara de la estrategia del mismísimo Goebbels (Ministro de Propaganda del Tercer Reich que promulgaba la guerra total), el documento incautado por la Guardia Civil en el domicilio de Josep María Jové (secretario general de vicepresidencia, Economía y Hacienda) muestra una hoja de ruta independentista perfectamente detallada en la que el caos, el conflicto ciudadano, la inestabilidad política y económica son la base de su estrategia. Es terrorífico.

Me asusta aún más saber que los jefes políticos y policiales están totalmente involucrados en el proceso independentista, como aseguran sus propios documentos (la hoja de ruta ha sido diseñada por Junts pel Sí). Los Mossos son una policía política, instrumentalizada para servir a los gobernantes catalanes y no a la ley. Es aterrador. A estas alturas del siglo XXI en una país con una democracia moderna es impensable que esto pueda suceder. Pero vuelvo a lo que dije antes, la vileza del ser humano siempre está latente, esperando ansiosamente a reaparecer.

Me genera un miedo devastador enterarme de que todo está orquestado. Detrás del nacionalismo catalán hay una enorme maquinaria que busca generar el caos y el conflicto. Todos los departamentos que gestiona la Generalitat de Catalunya, Educación, Sanidad y Mossos están conectados entre sí para ir a favor de la independencia. Y al que no lo haga le cortan la cabeza. Utilizan todas la instituciones democráticas que están a su alcance para fomentar la independencia saltándose las leyes más básicas. El comité estratégico de los tiranos independentistas está formado por el presidente del Govern (Puigdemont, antes Artur Mas), el vicepresidente (Junqueras), miembros de ambos grupos parlamentarios independentistas, presidente y vicepresidente de ANC, OMNIUN y AMI, entre otros. Destacan los presidentes de la ANC y OMNIUM, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart respectivamente. Ellos son los responsables de las herramientas de contingencia y comunicación. Los que mueven a las masas, los que las manipulan ciegamente. Su labor, según la hoja de ruta, es importantísima. El apoyo de la masa es imprescindible. Todos estos déspotas que dirigen este irresponsable disparate ya no se preocupan por la sanidad, la educación, la vivienda, los problemas sociales, la convivencia…, solo viven por y para la independencia. Un ejemplo: el Parlament de Catalunya lleva cerrado (secuestrado) semanas porque los caciques independentistas solo lo quieren utilizar para lograr sus metas. 

Han pasado tantos años confiando en la buena voluntad de las personas que dirigían los designios de Cataluña que al final se han aprovechado de esa confianza. Pero ahora el nacionalismo catalán independentista ha quedado retratado. Lleva mucho tiempo cociendo un ataque a la democracia, al estado de derecho y a la convivencia entre ciudadanos catalanes, españoles y europeos. Espero que los catalanes, ellos son los principales actores, ellos pueden parar este complot maquiavélico puesto que son ciudadanos honrados y respetuosos con las leyes democráticas, actúen en consecuencia con la serenidad y el “seny” que siempre los ha caracterizado para lograr de nuevo la estabilidad política y social que hemos disfrutado durante los últimos cuarenta años. Por supuesto, tienen el respaldo del resto de España y de Europa. Entre todos tenemos que conseguir parar este ataque a la democracia.



martes, 3 de octubre de 2017

POR LA SENDA DE LA DEMOCRACIA

La mayoría de ciudadanos de Cataluña, esa región de España en sitio y en belleza única como dijo Don Quijote hace más de 400 años, nos sentimos secuestrados por los caciques del independentismo que la gobiernan con autoritarismo al margen de la ley, infringiendo el Estatuto de Cataluña y la Constitución Española de forma reiterativa y deliberada en cada una de sus actuaciones. Esto se tiene que saber, es necesario que los ciudadanos y las instituciones democráticas de Europa y del resto del mundo sean consciente de este atropello al estado de derecho.

El espíritu de la Unión Europea es totalmente contrario a lo que intentan hacer de forma ilegal los separatistas que gobiernan Cataluña. Mientras que en la Unión Europea se van diluyendo las fronteras, ellos quieren imponer una nueva.

En una democracia moderna como la española todos los ciudadanos somos iguales y compartimos una ley común, a partir de la cual elegimos nuestro recorrido en libertad. Esto es lo que define nuestra democracia, la igualdad más allá del lugar de nacimiento, del color de la piel, de las creencias religiosas, de si somos catalanes o asturianos, de si cantamos como un ruiseñor o jugamos fatal al ajedrez…

Es una evidencia que las políticas y los políticos tienen que ser moderados. Los hechos lo demuestran. Lejos de la crispación actual, durante las últimas décadas las diferentes formaciones políticas que han gobernado en Cataluña y en el gobierno central han caminado por la senda de la democracia y han logrado acuerdos que han dado lugar a los cuarenta años más prósperos de la historia de España. En la actualidad el gobierno de Cataluña, que está formado por algunas de esas formaciones catalanas junto con el apoyo de otras nuevas, ha decidido romper el orden jurídico. Esta política tan radical ha generado que una parte de la sociedad catalana también se radicalice creando un clima de tensión e inestabilidad constante en el conjunto de la sociedad. Llegados a este punto es obvio que estas formaciones políticas están incapacitadas como interlocutoras para llegar a acuerdos ya que no respetan la leyes. Es muy importante ser conscientes de este ultraje, puesto que la política consiste justamente en eso, el llegar a acuerdos de forma moderada que mejoren la convivencia de todos los ciudadanos sin romper el orden jurídico establecido.

martes, 5 de septiembre de 2017

SÉ FUERTE, VUELVE SEPTIEMBRE

Como todo el mundo dice machaconamente, ya estamos en septiembre y volvemos a lo cotidiano. Sigamos la corriente, nadar en contra por algo tan necio es de tontos. Me refiero a la definición de tonto que dice que es tonto aquel que tiene escasa o nula capacidad de entender o razonar. Y de estos tontos hay muchos, ha habido y habrá. Bueno, mejor lo dejo ahí. Vuelvo a septiembre y a la “santa rutina” como dicen algunos.

Una de las cosas que más me ha hecho reír es la nueva campaña publicitaria de la serie Narcos que lanza Netflix. Desde aquel eslogan “Felices navidades blancas” (de la misma serie) las navidades pasadas, no había vuelto a ver ningún anuncio tan sugerente como el que ahora está expuesto en las marquesinas de toda España. El anuncio es un simple bocadillo de tebeo, sobre fondo negro, en el que se puede leer: “Sé fuerte. Vuelve Narcos”. Felicito a los artífices.

La otra cosa que también me hizo reír ayer mismo fue una visión furibunda de la sociedad actual. Iba en mi bici intentando llegar al trabajo, entre pedalada y pedalada, cuando cerca de la Diagonal me crucé con una mujer de unos cuarenta y pico peinada de peluquería y vestida con un traje verde muy elegante. En una mano un bolso precioso de Prada de un tono verde más oscuro que el traje, toda ella muy cool, y en la otra una refinada bolsa de Bimba y Lola de la que sobresalía un tupper. Por desgracia para ella, supongo, la bolsa de Bimba y Lola no era lo suficientemente grande para ocultar en su interior todo el tupper, pues pude ver perfectamente la ensalada de macarrones, maíz, cangrejo en barra troceado y lechuga que había en su interior. No le dije nada, pero estuve a punto. Tampoco sabría muy bien que le habría dicho. Quizá algo indirecto, una cosa así como “qué aproveche la ensalada”.

Lo mejor de todo es que ya hemos vivido el verano, “qué nos quiten lo bailao”, como dijo aquel. Y sí, septiembre ya está aquí con todo lo que ello implica. Sé fuerte. Vuelve septiembre.

martes, 23 de mayo de 2017

RAZÓN INSTRUMENTAL

Un concepto muy interesante y de rabiosa actualidad es la llamada “razón instrumental”. Se podría definir como una modalidad del pensamiento que prioriza la utilidad de las acciones y el uso de los objetos de acuerdo a una finalidad. Contrariamente sería una forma de actuar y de pensar bastante irracional e irreflexiva porque convierte la realidad en objetos, en instrumentos para algo. Por ejemplo, me daría igual estar en mi oficina bancaria ante un cajero humano o uno automático si lo que busco es sacar dinero. Tendría razón de acuerdo con la finalidad buscada, pero sería una razón puramente instrumental y por supuesto inhumana. En el discurso social el cajero automático y el humano se igualan, ya no sólo en su función laboral concreta, sino en su realidad social. Es fácil imaginar unos cuantos ejemplos más, ¿verdad?, incluso, sin llegar a exagerar, se podría decir que nuestra sociedad (capitalista) se basa cada vez más en la razón instrumental. 

Lo que triunfa en nuestros días son los medios tecnológicos, los dispositivos que potencian la razón instrumental y, desde luego, estos medios no nos hacen ni más libres ni más humanos, en contra de los que algunos puedan creer. La razón basada en la reflexión y en la lógica corre detrás de la razón instrumental sin poder alcanzarla. Además, gracias a estos medios tecnológicos, confundimos la experiencia con la información. Para que algo que nos llega como información se convierta en experiencia hay que retener esa información y dejar que pase el suficiente tiempo para que se convierta en experiencia. Hoy en día recibimos mucha información, pero somos pobres en experiencia. Esa información se diluye porque no reflexionamos el tiempo necesario, la razón instrumental, que tanto abunda, lo impide.

Un fenómeno reciente, del que mucho tiene que ver la razón instrumental que domina nuestra vidas, es la banalización, el desprecio y el mangoneo a nuestra democracia y al estado de derecho basado en la división de poderes y leyes que todos debemos respetar. Una vez más es recurrente la imagen de una persona o varias personas burlándose públicamente del estado de derecho y menospreciando las instituciones democráticas que nos han conducido a la sociedad más avanzada que jamás ha existido. Internet ha tenido mucho que ver en esto, sino que se lo digan a Trump, un señor que desdeña las instituciones y no se siente apoyado por estas, pero sí por la redes sociales; en definitiva, un señor que abraza la razón instrumental y desprecia la reflexión. 

martes, 25 de abril de 2017

EL TIEMPO Y NUESTRO TIEMPO

A medida que vamos haciéndonos mayores somos más conscientes de un factor transcendental en nuestras vidas: el tiempo. Es evidente que en la inocente infancia ni siquiera nos percatamos. Después, en la adolescencia, somos tan indolentes que lo ignoramos. En la madurez el peso de los años nos empieza a sugerir que no somos eternos y, en la vejez, nos aterra constatar que el cronómetro que empezó su cuenta atrás hace tantos años (o no, depende del punto de vista) está marcando sus últimos compases. Es el tiempo vital. Y la percepción de ese final produce angustia y pesadumbre, como parece lógico, si has aprendido a lo largo de tu vida a vivir de forma razonable; o alegría y alborozo, si piensas que cuando el reloj se pare comienza lo mejor y viajarás al valhalla. Estos son los sentimientos, entre otros, que utilizan las diferentes creencias para sumar simpatizantes. 

Volviendo de nuevo a “el tiempo” y dejando para otro momento los actos de fe producto de una débil formación crítica, a veces también cultural, sumada a la carencia de raciocinio elemental, me gustaría transcribir algunas frases interesantes del pensador alemán Rüdiger Safranski, sobre el tiempo desde el punto de vista individual y social. Para Safranski “a diferencia de otros seres que habitan en este planeta, los humanos somos conscientes del tiempo y de que podemos hacer algo en ese tiempo. Nosotros tenemos los relojes y con su ayuda organizamos nuestra vida social. Podemos decir que el reloj es la máquina más importante de la época moderna, porque gracias a él damos ritmo a nuestra vida y nos enlazamos con otras personas”. Y añade: “Hay un debate cada vez más vivo sobre cómo gestionamos nuestro tiempo. Hemos tardado mucho en cuestiones sobre cómo tratar bien a la naturaleza, pero hemos tardado menos en plantearnos, por ejemplo, como están haciendo los sindicatos, si los trabajadores deben estar localizables en todo momento. Parece mentira que tengamos que luchar por ello. El mayor lujo que vamos a tener en el futuro es ser soberanos de nuestro tiempo, no comprarte un coche de gama alta”. Sobre el ritmo vertiginoso de la vida actual declara: “No se puede evitar. Ahí es la técnica la que marca la percepción que tenemos. La humanidad nunca había conocido esta simultaneidad que vivimos actualmente, con la posibilidad de comunicarnos al mismo tiempo con puntos muy lejanos. Esto cambia mucho la percepción del tiempo y hace que estemos en una sensación de permanente nerviosismo. Hay aquí algo muy interesante y es la peculiar contradicción entre esta comunicación simultánea que nos permite vivir el momento presente y esta situación que vemos a menudo de gente que está fotografiando todo continuamente, que no está viviendo el presente, para poder verlo en otro momento”. 

Hay que ser conscientes de nuestro tiempo limitado y actuar, vivir, relacionarse. Tenemos que mejorar la organización de nuestro valioso tiempo para disfrutar de la propia vida y, por supuesto, hay que saber vivir e ir mejorando esta virtud. Por desgracia esto se aprende con el paso del tiempo, otra vez el tiempo, unos tardan más que otros en aprenderlo y algunos no lo aprenden nunca o caminan en la dirección contraria, pero cuanto antes lo aprendamos, más tiempo tendremos de vida plena y satisfactoria.

martes, 14 de marzo de 2017

SENTENCIA

A veces, como por pura casualidad, la vida vence a la muerte. En ese mundo real, pero que desde nuestra mirada no lo parece, existen lugares donde la vida humana vale menos que una manzana. Hay estudios que demuestran que las personas que viven en una sociedad democrática y pacífica son incapaces de imaginarse con verosimilitud un estado de guerra. 

Nedzad Avdic, de adolescente, soñaba con jugar en la selección de fútbol de Yugoslavia junto a leyendas de los Balcanes como Savicevic o Boban. La guerra civil que sufrió Bosnia entre 1992 y 1995, los años en los que debería haberse desarrollado como deportista, lo despertó de golpe. En medio de esa sucesión de eventos locos y descontrolados acabó frente a un pelotón de fusilamiento en la cuneta de una carretera apartada. Entonces cayó en la cuenta de que todo había acabado. En ese momento existía, pero dentro de unos instantes iba a dejar de hacerlo. Fue sentenciado a muerte sin haber hecho nada. No tuvo miedo, ni suplicó clemencia. Solo recuerda que un pensamiento terrible lo llenó de angustia: voy a morir y mi familia nunca va a saber cómo ni dónde.

Nedzad sobrevivió milagrosamente a la matanza. Los soldados serbios que les dispararon a él y a otras personas a sangre fría vaciaron sus cargadores. El muchacho de 17 años que era entonces recibió un disparo en el estómago. Entró en shock al sentir el escalofrío de la pólvora. Le ardía la barriga y el dolor era insoportable. Le consoló pensar que en unos instantes iban a rematarle de un disparo en la cabeza y todo, ahora sí de veras, habría acabado. Absorto en esas ensoñaciones perdió el sentido. Se despertó un rato después, cuando escuchó a los camiones que transportaban a los soldados marcharse por un camino de tierra. Si podía oír eso es que estaba vivo.

Ahora, con 38 años, Nedzad es un testigo protegido que ha declarado contra el genocidio comandado por el general Ratko Mladic, cuyo juicio por crímenes contra la humanidad lo ha sentenciado. Nedzad perdió a su madre y a su padre durante la guerra. 

Este es un drama reciente, pero el nuestro, el de nuestra Guerra Civil, aún hoy en día continua sin resolverse de forma satisfactoria como se merece una sociedad democrática del siglo XXI. Ni PSOE y mucho menos PP han querido avanzar en este sentido, o si lo han hecho ha sido para cumplir el expediente y poco más. A algunos se les ve demasiado el plumero y solo saben decir que “es mejor dejar en paz el pasado”, craso error. Parece mentira que alguien defienda tales hechos, porque no condenarlos significa defenderlos. El cadáver de dictador y genocida Francisco Franco no puede permanecer en un mausoleo para vanagloria de su persona. Tiene que ser sentenciado públicamente por todos los estamentos políticos y se tiene que actuar en consecuencia como ha sucedido con Ratko Mladic. En España, los miles de muertos asesinados vilmente y tirados en oscuras cunetas no pueden descansar en semejante lugar. El agravio para sus familias y la memoria colectiva de todo un país está en juego. Es un asunto muy grave que hay que aclarar aquí y ahora. No se puede pretender que dejando pasar el tiempo todo se solucionará, es de cobardes y farsantes. A ver si se cumple de una vez la inacabada Ley de Memoria Histórica y, mejor tarde que nunca, se pone a cada uno en su lugar.

martes, 28 de febrero de 2017

PROHIBIDO MEJORAR

Vivimos en una época en la que mejorar la calidad de vida de los ciudadanos es una utopía. Me refiero a esos ciudadanos que representan la gran masa social que sustenta este país, que no son pobres, pero que se miran muy mucho adonde ir de vacaciones una semanita en verano y les sienta como un tiro cuando hay una derrama en la escalera.  

Aquellos que tiene la potestad de implantar dicha mejora se muestran reacios, ni siquiera se plantean discutirlo, claro que a ellos no les afecta, están muy por encima de ese conjunto de ciudadanos que paga sus salarios. Según ellos es momento de agravar y desmejorar la vida de los ciudadanos; la suya no, por supuesto. Me gustaría saber que pensarían si sucediera lo contrario. Si ese conjunto de ciudadanos eligiera bajar el salario a sus señorías un 50%, obligarles a utilizar el transporte público o el suyo privado pagado con sus salarios (es lo normal, ¿no?) y que su jubilación fuera como la de todos, es decir, después de cotizar 37 años y no 7 como sucede ahora. Aun así, estarían por encima de la media, vivirían mucho mejor que la inmensa mayoría. Tal vez sea la única manera para que actúen con un poco de empatía y se dediquen a su trabajo de verdad, que es mejorar la sociedad, porque para lo que hacen, no parece necesario ser un lumbreras.

El severo y aburrido José María Aznar ha dicho hace poco que habría que jubilarse a los 70 años. No creo que así lo haga su mujer Ana Botella o su hija Ana Aznar, la esposa de Alejandro Agag, ese al que pillaron de vacaciones en el mismo barco que Álvaro Pérez, el bigotes. Tampoco creo lo haga cualquiera de sus otros dos hijos. ¿Qué pensaran ellos al escuchar al patriarca de la familia verbalizar semejarte agravio para los trabajadores? Lo primero que pensarán es que eso no va con ellos y, lo segundo, que hay que apretar a los “curritos”, no vaya a ser que se suban a las barbas.

Recientemente no han permitido a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, rebajar la jornada laboral de 37,5 horas semanales a 35 para los funcionarios municipales. Alegan que transgrede la norma estatal, por eso se han suspendido de forma cautelar dichos acuerdos. Esto demuestra falta de inteligencia o ganas de joder al prójimo, que en este caso como en casi todos, es el más débil. Si la productividad es positiva, ¿por qué no? Hay que empezar a mejorar de alguna manera y por algún sitio con la esperanza de que termine generalizándose. Conozco a más de uno y de dos que aseguran que si trabajase solo por las mañanas produciría lo mismo. Y me lo creo, son personas muy cualificadas y responsables. Saben que no se puede jugar con el pan. Entonces, ¿por qué no mejorar la calidad de vida de los trabajadores? En la sociedad occidental, a principios del siglo XX las jornadas de trabajo eran de lunes a sábado, se libraba solo el domingo. Por suerte, gracias a la revolución industrial y a una voluntad real de los gobernantes para mejorar de calidad de vida de los ciudadanos, se llevo a cabo una mejora: la jornada pasó a ser de lunes a viernes. Es obvio que hay diferentes sectores con necesidades muy variadas, pero estoy refiriéndome a la norma generalizada. 

Quizá ha llegado el momento de otro cambio. La era digital, internet, la informatización de los trabajos y la globalización han facilitado muchas tareas. Es una nueva revolución industrial. Tal vez sea el momento de reducir la jornada laboral y apostar por un modo de vida más equilibrado y más humano. Solo depende de la voluntad de los que gobiernan y creo que lo saben, pero como ellos no están incluidos en esa inmensa mayoría de ciudadanos, no les parece buena idea. Todo lo contrario, prohibido mejorar, lo mismo que piensan los hijos del soporífero Aznar.

miércoles, 22 de febrero de 2017

POLÍTICOS

Continua llamándome la atención esa creencia ciega en los líderes políticos que manifiestan algunas personas. En un estado democrático del siglo XXI, una señora o un señor que pregona a los cuatro vientos que si él llega al poder —el ansiado poder— nuestra sociedad irá mejor porque él, y solo él o él mejor que nadie, sabe como conseguirlo; es como mínimo una persona soberbia y mentirosa. Y aquí incluyo a todos los líderes políticos de cualquier partido o los que intentan serlo y desplazar a su jefe. Todos muestran cara de cordero, pero tienen corazón de lobo. El tiempo lo demuestra. No se salva ni uno.

No soy apolítico, al contrario, creo que es necesario una estructura que articule la convivencia entre personas e intente mejorar la sociedad y la vida de cada ciudadano equitativamente. Pero desde luego soy escéptico respeto a los políticos, son humanos y ya se sabe, la carne es débil. Solo se entiende esa fe hacia un político por falta de racionalidad, por necesidad de creer en algo etéreo o por ser un necio. Quizá los tres estigmas a la vez. 

Imaginemos lo que ese super líder iluminado y mesiánico debe pensar en realidad: los votantes que suelen votar a mi partido tienen un perfil bastante definido, está sobradamente estudiado cómo es y qué piensa la mayoría de los votantes de cada partido. De hecho, estos estudios se nutren constantemente de nuevos datos, existen empresas especializadas. Un político sabe lo que sus votantes quieren oír y sus discursos van en esa dirección en un alto porcentaje. Otra parte es para denigrar a los contrincantes, tener un enemigo en necesario para potenciarse uno mismo. Y otra parte es para intentar raspar algún voto de otros partidos cercanos a su ideología. Estos son los tres parámetros que utilizan todos los políticos en sus discursos para encandilar a las masas (sus votantes) y lograr el ansiado ascenso la cumbre. Por lo tanto, el planteamiento de todos los políticos es absolutamente el mismo, solo que matizado para agradar a sus respectivos oyentes. En consecuencia, lo único que les interesa es llegar al poder. Son egoístas disfrazados, y no les culpo, en mayor o menor grado todos lo somos.  Y si no, miren a quien votan ustedes y por qué.

Históricamente los cambios que han conseguido mejorar la sociedad pocas veces han venido de la mano de los políticos. Siempre se ha alzado una voz popular que ha empujado a los gobernantes a actuar hacia una dirección u otra. En cambio, cuando han sido los políticos los que han conseguido ensalzar la voz popular mediante medios de comunicación utilizando falsas proclamas, casi siempre ha sido para deteriorar la sociedad, pero no su hacienda. Ya lo dijo Goethe: “Todo aquel que aspira al poder ya ha vendido su alma al diablo”. 

martes, 14 de febrero de 2017

CALIFICACIÓN PERFECTA

Las viejas estrellas del deporte viven de su pasado. La etapa profesional de un deportista es corta, diez años, quizá algo más si todo va bien. Esto no quiere decir que solo trabajen durante diez años en toda su vida. Desde su infancia comienzan a hacer los primeros escarceos y van evolucionando hasta que finalmente logran profesionalizarse. Pero no siempre es así, hay deportes muy sacrificados que no tienen una proyección profesional. Es simple ley de consumo, si no hay clientes dispuestos a pagar por ver, leer, practicar…, ese deporte, no hay forma de que esos deportista vivan del deporte. Pero esta ley de oferta y demanda suele estar manipulada porque existen muchos intereses creados por parte de las personas que invierten en un determinado deporte y solo les importa el beneficio económico. Pero hay casos mitológicos, que incluso siendo de esos deportes minoritarios que no arrastran masas, en los que surge una estrella capaz de vivir de la estela que ella misma generó en un determinado momento de la historia. Uno de esos mitos es Nadia Comăneci, la primera calificación perfecta en unos Juegos Olímpicos. 

Nadia nación en la Rumanía comunista de 1961. Con nueve años empezó a competir a nivel nacional y a los trece ganó tres medallas de oro en un Campeonato Europeo. El 18 de julio de 1976, Comăneci, a la edad de catorce años, logró hacer historia en los Juegos Olímpicos de Montreal, al conseguir un 10, puntuación que nunca nadie había conseguido. Aquel día, Comăneci deleitó a todos los aficionados con sus grandes giros, que realizó en las barras. La fuerza que tenía en los brazos no era normal para una niña de su edad, sin embargo, la joven rumana dominó la presión de participar por primera ocasión en unos Juegos Olímpicos. Cuando terminó su rutina, el tablero reflejaba una puntuación de 1.00, hecho que produjo confusión entre los espectadores que no sabían lo que había pasado. Durante esos minutos, los jueces dialogaron entre ellos porque era imposible poner un diez como calificación, ya que la puntuación más alta era 9.95. De repente, los jueces informaron que ese 1.00 en realidad era un 10 para Nadia. Al instante, las 18000 personas presentes en el Forum de Montreal, celebraron ávidamente la primera calificación perfecta en la historia de la gimnasia femenina. A lo largo de su vida consiguió nueve medallas olímpicas, pero el hecho realmente mitológico fue ese primer 10.

Tras dejar la competición fue miembro de la Federación Rumana de Gimnasia y entrenó a jóvenes promesas de su país, hasta que 1989 decidió emigrar a Estados Unidos y se casó con Bart Conner, un gimnasta norteamericano. En la actualidad continúa vinculada a la gimnasia, es propietaria una academia de gimnasia junto a su esposo. El eslogan de la academia es: la compañía para producir en 10 perfecto. Colabora con diferentes medios de comunicación y es miembro activo de varias asociaciones relacionadas con la gimnasia. Nadia sí que es la mujer 10. 






martes, 7 de febrero de 2017

VIVIR COMO UN CURA

Luce melena ochentera medio canosa y barba poblada. Parece un rockero, le gusta vestir chaquetas de tachuelas y a sus cincuenta años trabaja cada día sin descanso, incluidos los fines de semana. Se llama Teo y es cura, concretamente cura rural y tiene a su cargo 15 pueblos en Zamora. Teo es el cura que más iglesias atiende de toda la diócesis. En tres años a hecho más de 150.000 kilómetros a su coche. Teo también es profesor de Religión de un instituto. Entre dar clases y atender a sus parroquianos trabaja mañana y tarde todos los días de la semana. A Teo le gusta descansar en carnavales, “siempre que no haya un entierro, claro”. Parece evidente que Teo no vive como un cura, es la excepción que confirma la regla. Además, a Teo no le gusta vestir con sotana, no tiene. Piensa que es un uniforme que aleja y distingue, y eso es precisamente lo que no tiene que hacer un cura. Suele dar los sermones en el pasillo de la iglesia, cerca de la gente, a su misma altura, con su misma ropa y sus mismas palabras.

En las iglesias que él atiende aún perduran las tradiciones de antaño: las mujeres se sientan delante y los hombres detrás. Abundan las abuelas con pañuelo negro liado a la cabeza y los hombres con garrota y boina. También hay personas jóvenes, pero cada vez menos. Teo es jovial, cree que su labor como sacerdote no se limita solo hacer misa, sino animar, dar formación y transmitir esperanza. Con los años ha visto como se ha ido reduciendo el número de personas que habitan los pueblos, cada vez hay menos feligreses. El pueblo más pequeño que atiende es Torilla, tiene 9 habitantes. Para Teo no supone un problema, mientras haya un parroquiano, tendrá su cura.

Teo está alejado de la grandiosidad que rodea a los altos cargos del clero, tan contraria a lo que proclaman. Es un ejemplo no solo para el clero, también lo es para esos estamentos sociales que giran la cara ante el pueblo humilde y se limitan a sustentar o crear mecanismos para aumentar su patrimonio a cuenta del esfuerzo de los más débiles. Teo es como Superman y esta tendría que ser la noticia del día, cada día de cada año.

martes, 31 de enero de 2017

¡VIVA EL ERROR!

“No fracasé, solo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”, respondió Thomas Edison a un periodista que le recordó que había cosechado casi mil intentos fallidos antes de dar con el filamento de tungsteno. Asumir "la belleza de equivocarse” mejoraría la cultura global si los sistemas educativos enseñaran este método de aprendizaje. Es decir, aceptar, como hizo Thomas Edison tras inventar la bombilla, que los errores cometidos durante el proceso eran, únicamente, parte de un aprendizaje hacia al éxito: el acierto del error. Lo obvio es creer que de los errores se puede aprender, pero no nos engañemos, el error por sí mismo no garantiza nada. Para convertir el fracaso en aprendizaje se necesitan dotes analíticas, inteligencia, autocrítica y capacidad para el aprendizaje.

La alabanza del error es un clásico del discurso emprendedor y de progreso (Fail fast, fail often, fracasa rápido, fracasa a menudo) y en los grandes centros de desarrollo como Silicon Valley lo saben muy bien. “Si un experimento funciona exactamente como esperábamos, será muy satisfactorio pero... ¡no habremos aprendido nada! Otras veces sucede algo inesperado y esto puede frustrarnos, pero hay que aguantar esa frustración hasta que nos percatemos de qué nos está enseñando ese supuesto error”, señala un científico de Silicon Valley exponiendo un mantra que tienen asimilado como un acto imprescindible para evolucionar y aprender.

La educación tradicional nos ha enseñado que debemos combatir el error a cada instante. Nos han enseñado que el error es algo negativo, prohibido e inaceptable. Errar está mal y quien se equivoque deberá ser sancionado. ¿Pero quién no se equivoca? En la educación tradicional el error se utiliza como variable para medir conocimientos, aprobar o desaprobar al alumno. Cuando una niña o niño se equivoque será excluido, criticado o humillado porque falló, porque “no sabe” o “no entiende”. La sociedad ha sido educada para perseguir y humillar a la persona que comete errores. Y ese es uno de los problemas de nuestra sociedad: todo el mundo comete errores, el problema aparece cuando cometer errores se convierte el algo punible, algo que hay que castigar. Y entonces me pregunto, ¿cuántos errores sin consecuencias negativas reales hemos cometido y han sido castigados de una forma u otra? 

Es posible que la pérdida del temor a equivocarse, a fallar o fracasar, puede conducir a una superación de las limitaciones personales y colectivas. Se trata de atravesar los dogmas que ridículamente determinan los valores morales y comportamientos sociales impuestos por la educación tradicional en las instituciones, la familia o la religión. Quizá el error sea una prueba de humanidad, la forma de educación más práctica y real.

miércoles, 25 de enero de 2017

DESPOJARSE LA PIEL

Sobre nuestras espaldas se van acumulando hechos, pensamientos y fricciones que nos van cegando. Pero a veces, casi sin darnos cuenta, somos capaces de evadirnos y volvemos a ver como veíamos cuando aún éramos libres, como en nuestra tierna infancia. Un efecto natural de la vida es cubrirse con una fina capa de… ¿qué?, ¿una película?, ¿un residuo de la piel de todas las cosas que has hecho, sido y dicho y en las que te has equivocado? Quién sabe. Pero el caso es que durante mucho tiempo nos cubrimos con esa capa y solo raramente lo sabemos, a menos que por un motivo o una oportunidad inesperados salgamos de ella, durante una hora o incluso un momento, y nos sintamos repentinamente bien. Y en ese mágico momento uno se da cuenta del tiempo que ha pasado desde que empezó a sentirse así. Se pregunta si habrá estado soñando o enfermo o ambas cosas a la vez. ¿Es la propia vida un sueño o un síndrome? ¿Quién sabe? Seguro que todos nos sentimos así alguna vez, no es algo exclusivo, cientos de miles de personas ya lo han sentido antes.

Solo después, súbitamente, uno se despoja de eso, de esa película, de esa piel de la vida, como cuando era pequeño. Y piensa: así debió de ser mi vida una vez, aunque entonces no lo supiera y tampoco lo recuerde realmente. Es una sensación de viento en las mejillas y en los brazos, de liberarse, de soltarse, de volar. Y como no ha sido así durante mucho tiempo, esta vez uno quiere prolongar ese momento resplandeciente, ese aire fresco, esa nueva vida, intentando preservar una sensación fugaz, porque quizá cuando vuelva ya sea demasiado tarde, o sea demasiado viejo y tal vez sea la última vez que uno sienta eso en su vida. Despojémonos de esa piel y, ¡a volar!

miércoles, 18 de enero de 2017

IMPUNIDAD TOTAL

Como si se tratara de una película de James Bond, el gobierno ruso continua actuando con absoluta impunidad, como si para ellos no existiese la ley. Sin ningún tipo de reparo denigran a sus propios ciudadanos cuando lo creen oportuno y respecto al resto de habitantes del planeta, nos califican directamente como enemigos. Desde los tiempos de los zares continúan con esa mentalidad de supervivencia guerrera. Su forma de actuar dista mucho de lo normal en un país democrático del siglo XXI. Y no lo esconden, al contrario, les gusta mostrarlo. Son altivos y no pueden remediarlo, aunque saben que los demás gobiernos no se chupan el dedo. 

Estos días ha salido a la luz una información realmente delicada. El asunto ha sido urdido por las más oscuras mentes del gobierno ruso. Eso sí, con la colaboración de uno de los papanatas más grandes de la actualidad, Donald Trump. Otro que le puede su ego. 

Un ex espía británico, Christopher Steele, asegura que Rusia posee información lo suficientemente escandalosa como para chantajear al futuro presidente de Estados Unidos. Concretamente se trata de cierta actividad sexual de Trump durante varias visitas a Moscú y supuestas relaciones con círculos clandestinos del Kremlin. Quizá no sea verdad, puesto que el estado ruso miente por naturaleza; incluso a los suyos, apuntó el propio espía más buscado del mundo por los medios de comunicación (y tal vez por alguien menos amable). Pero las fuentes son fidedignas y teniendo en cuenta la forma de actuar de los rusos y al propio sujeto (Trump), no sería algo descabellado. Al contrario, parecería extraño que no hubiera sucedido. 

Para la FSB (Servicio de Seguridad de la Federación Rusa), antiguo KGB al que perteneció Putin, es habitual espiar a personalidades estadounidenses de alto perfil como Trump y acumular información sobre ellos en un dossier. Esta información puede ser muy útil llegado el caso para presionarles a que adopten medidas favorables a los intereses del Kremlin. Nada nuevo en el horizonte, podríamos pensar que el gobierno que no actúa de esta forma es porque no puede o porque es un mentecato. Para terminar de formarnos una idea más exacta de todo este entuerto, añadiré que es “normal” por parte del FSB filmar a visitantes importantes a Moscú en la aparente privacidad de sus habitaciones de hotel. "El hotel de lujo en el que se hospedó Trump es un estudio de televisión", aseguró, solo medio en broma, el ex espía.

En la campaña a la presidencia de Estados Unidos, Trump ha criticado a los republicanos, a los demócratas, a los extranjeros, al Papa, al sistema electoral de su país, a la CIA, al FBI, a la OTAN, pero no ha criticado a Putin. ¿Hay una sola persona en el planeta que piense que Trump no ha probado en varias ocasiones la “mercancía rusa”? No olvidemos que para los empresarios orientales este es un procedimiento ineludible para cerrar acuerdos. Y esto es solo el principio.

martes, 10 de enero de 2017

CONTRARIEDADES

La puerta está cerrada, al salir se abre y, después, se cierra. Esta acción tan simple, que ejecutamos cada día decenas de veces, es en sí misma una contrariedad. Nos levantamos y más tarde nos acostarnos, nos vestimos y al poco nos desnudamos, corremos y después paramos. Abrimos los ojos y los cerramos, amamos y odiamos, aprendemos y olvidamos, regalamos y robamos, nacemos y morimos. El ser humano es una contrariedad, el mundo que nos rodea también lo es. El día y la noche, frío y calor, nublado y despejado, quietud y agitación estremecedora. Hemos evolucionado en consonancia con nuestro entorno, es la única manera de sobrevivir.

Desde la mayor nimiedad, hasta el asunto más relevante de nuestras vidas está plagado de contrariedades. Una cena navideña es un encuentro entrañable y cargado de emotividad, pero puede convertirse en algo indeseable de un momento a otro. A veces, la chispa salta muy rápido. Lo mismo ocurre con las vacaciones, que se lo digan a esos que su vida ha dado un vuelco en tan idílicas fechas. Una persona adulta que lleva dos años en paro está deseosa, incluso ansiosa, de encontrar un trabajo, a ser posible un trabajo digno (un horario y un salario que permita vivir con normalidad), pero si el susodicho y anhelado día llega, al cabo de un tiempo aborrecerá ese trabajo tan deseado en otros tiempos. ¿Y qué decir del amor? La energía invisible que mueve el mundo… La linea que separa el amor y el odio es tan sutil que a veces se confunden los sentimientos. Y no me refiero solo al amor idílico, sino a cualquier tipo de amor. Amor a un deporte, a la lectura, a tu pueblo o ciudad, al mundo culinario, a la música, a tus padres, a tus hijos, a la vida.

Para este nuevo año 2017 que comienza me gustaría que mi existencia, saturada de contrariedades por naturaleza, fuera un poco más lineal. Algo así como flotar desnudo en un mar tranquilo de aguas templadas. Eso sería fantástico. Pero el futuro es impredecible y hay que estar preparado para asumir cualquier contratiempo. Por pequeño o grande que nos parezca siempre será insignificante. Es fácil, sabremos hacerlo, forma parte de nosotros. Todos somos más parecidos de lo que imaginamos. La vida está basada en las contrariedades y si no las hubiera no habría vida.