martes, 23 de mayo de 2017

RAZÓN INSTRUMENTAL

Un concepto muy interesante y de rabiosa actualidad es la llamada “razón instrumental”. Se podría definir como una modalidad del pensamiento que prioriza la utilidad de las acciones y el uso de los objetos de acuerdo a una finalidad. Contrariamente sería una forma de actuar y de pensar bastante irracional e irreflexiva porque convierte la realidad en objetos, en instrumentos para algo. Por ejemplo, me daría igual estar en mi oficina bancaria ante un cajero humano o uno automático si lo que busco es sacar dinero. Tendría razón de acuerdo con la finalidad buscada, pero sería una razón puramente instrumental y por supuesto inhumana. En el discurso social el cajero automático y el humano se igualan, ya no sólo en su función laboral concreta, sino en su realidad social. Es fácil imaginar unos cuantos ejemplos más, ¿verdad?, incluso, sin llegar a exagerar, se podría decir que nuestra sociedad (capitalista) se basa cada vez más en la razón instrumental. 

Lo que triunfa en nuestros días son los medios tecnológicos, los dispositivos que potencian la razón instrumental y, desde luego, estos medios no nos hacen ni más libres ni más humanos, en contra de los que algunos puedan creer. La razón basada en la reflexión y en la lógica corre detrás de la razón instrumental sin poder alcanzarla. Además, gracias a estos medios tecnológicos, confundimos la experiencia con la información. Para que algo que nos llega como información se convierta en experiencia hay que retener esa información y dejar que pase el suficiente tiempo para que se convierta en experiencia. Hoy en día recibimos mucha información, pero somos pobres en experiencia. Esa información se diluye porque no reflexionamos el tiempo necesario, la razón instrumental, que tanto abunda, lo impide.

Un fenómeno reciente, del que mucho tiene que ver la razón instrumental que domina nuestra vidas, es la banalización, el desprecio y el mangoneo a nuestra democracia y al estado de derecho basado en la división de poderes y leyes que todos debemos respetar. Una vez más es recurrente la imagen de una persona o varias personas burlándose públicamente del estado de derecho y menospreciando las instituciones democráticas que nos han conducido a la sociedad más avanzada que jamás ha existido. Internet ha tenido mucho que ver en esto, sino que se lo digan a Trump, un señor que desdeña las instituciones y no se siente apoyado por estas, pero sí por la redes sociales; en definitiva, un señor que abraza la razón instrumental y desprecia la reflexión.