lunes, 3 de junio de 2013

IRSE DE LA LENGUA

Estas cuatro palabras, "irse de la lengua", que tienen una complicada traducción en cualquier otra lengua, encierran todo un compendio de actuaciones, tienen la enorme capacidad de expresar tanto la intencionalidad como la involuntariedad del hecho. Tanto si la persona que se va de la lengua lo hace con esa intención solamente o lo hace de manera involuntaria o incluso de ambas cosas a la vez.

Por ejemplo, cuando una conocida ha suspendido por cuarta vez al examen de conducir y te lo dice con más pena que gloria (evidente), en confianza, con la intención de volver a presentarse en un par de meses y tu, receptor de este hecho, lo cuentas a todos tus conocidos habidos y por haber, te estás yendo de la lengua claramente y de manera intencionada. Al fin y al cabo piensas que no es algo tan grave, sólo desprestigia, humilla (je,je,je).

Peor sería si en la escalera de tu casa, una vecina te dice como quien no quiere la cosa que el vecino del tercero, el de Alicante, un señor jubilado honesto y trabajador toda su vida, tiene una hija que trabaja en un club de carretera (puticlub) y después de decirlo se ruboriza un poco, haciendo ver que quizás no tendría que haberlo dicho. Ambas vecinas conocían a la chica desde pequeña y en el fondo les sienta mal la noticia, les deja un sabor amargo. Tal vez se ha ido de la lengua de manera involuntaria, pero diría que también con algo de intención, el chafardeo le puede. ¿Cómo mirarán al vecino sabiendo que su hija es prostituta? ¿Igual que antes? Seguramente no, cuidado con eso de irse de la lengua.

Pero en las peores situaciones, el irse de la lengua podía llegar a costarle la vida a alguien. En tiempos de guerra y postguerra era algo muy frecuente. Podías haber convivido con tus vecinos toda una vida, con diferentes ideales, pero llegando a ser amigos, en cierta armonía. Uno de esos vecinos podía irse de la lengua y decir a las autoridades que tu piensas algo diferente y "zas", eres cogido y aniquilado. Cuantas muertes mezquinas y odiosas. Seguro que muchos de esos que se fueron de la lengua entonces, se arrepintieron posteriormente, lo que en el pasado fue intencionado, con el tiempo se volvió involuntario.

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