miércoles, 24 de abril de 2013

SALAMANCA, CIUDAD LITERARIA


Vida y literatura confluyen en Salamanca de tal manera que podemos decir que es la primera ciudad literaria de España. Gracias a sus universidades (la de Salamanca, inaugurada aproximadamente en el año 1200, es la más antigua de España  y una de las cuatro más antiguas de Europa) y las labradas piedras de sus muros (hay un renacimiento arquitectónico específicamente salmantino). Más de 35.000 estudiantes universitarios, de los que 15.000 son extranjeros, proporcionan una animada vida diaria. Aquí nació el Derecho de Indias. Las universidades de América se fundaron tomando como base los estatutos de la Universidad salmantina. 

La vida literaria asoma en cada muro, detrás de cada esquina. La Casa museo de Unamuno, uno de los profesores de la universidad. La Cuesta de Carvajal, tantas veces recorrida por aquel frailecillo, estudiante de Artes, llamado Juan de la Cruz. El poeta Fray Luis de León, el más renombrado de sus profesores. El huerto de Calixto y Melibea. Fernando de Rojas, autor de La Celestina, pasó por estos claustros. Lázaro de Tormes, nació en la ribera del salmantino río Tormes. El toro contra el que el ciego estrelló la cabeza de Lazarillo resiste en el Puente Romano. 

Cada ocaso las fachadas de piedra se vuelven de oro rojizo. El espectáculo puede gozarse en las terrazas de cualquiera de los cafés literarios como Dominicos o Novetly. Una estatua inmortaliza al novelista Torrente Ballester. El licenciado Vidriera, de Cervantes, nos recuerda que esta ciudad hechiza a sus visitantes. Otro alumno de la universidad fue Luis de Góngora que aprendió tanto de los garitos como de las aulas. Dos calles bellísimas, Libreros y Compañía, traen recuerdos de la Salamanca de imprentas y librerías. Y no nos olvidamos de las delicias en verso de Tirso, Lope, Ruiz de Alarcón, Jovellanos, Cadalso, Espronceda. Literatura por los cuatro costados.

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