martes, 10 de enero de 2017

CONTRARIEDADES

La puerta está cerrada, al salir se abre y, después, se cierra. Esta acción tan simple, que ejecutamos cada día decenas de veces, es en sí misma una contrariedad. Nos levantamos y más tarde nos acostarnos, nos vestimos y al poco nos desnudamos, corremos y después paramos. Abrimos los ojos y los cerramos, amamos y odiamos, aprendemos y olvidamos, regalamos y robamos, nacemos y morimos. El ser humano es una contrariedad, el mundo que nos rodea también lo es. El día y la noche, frío y calor, nublado y despejado, quietud y agitación estremecedora. Hemos evolucionado en consonancia con nuestro entorno, es la única manera de sobrevivir.

Desde la mayor nimiedad, hasta el asunto más relevante de nuestras vidas está plagado de contrariedades. Una cena navideña es un encuentro entrañable y cargado de emotividad, pero puede convertirse en algo indeseable de un momento a otro. A veces, la chispa salta muy rápido. Lo mismo ocurre con las vacaciones, que se lo digan a esos que su vida ha dado un vuelco en tan idílicas fechas. Una persona adulta que lleva dos años en paro está deseosa, incluso ansiosa, de encontrar un trabajo, a ser posible un trabajo digno (un horario y un salario que permita vivir con normalidad), pero si el susodicho y anhelado día llega, al cabo de un tiempo aborrecerá ese trabajo tan deseado en otros tiempos. ¿Y qué decir del amor? La energía invisible que mueve el mundo… La linea que separa el amor y el odio es tan sutil que a veces se confunden los sentimientos. Y no me refiero solo al amor idílico, sino a cualquier tipo de amor. Amor a un deporte, a la lectura, a tu pueblo o ciudad, al mundo culinario, a la música, a tus padres, a tus hijos, a la vida.

Para este nuevo año 2017 que comienza me gustaría que mi existencia, saturada de contrariedades por naturaleza, fuera un poco más lineal. Algo así como flotar desnudo en un mar tranquilo de aguas templadas. Eso sería fantástico. Pero el futuro es impredecible y hay que estar preparado para asumir cualquier contratiempo. Por pequeño o grande que nos parezca siempre será insignificante. Es fácil, sabremos hacerlo, forma parte de nosotros. Todos somos más parecidos de lo que imaginamos. La vida está basada en las contrariedades y si no las hubiera no habría vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario