miércoles, 22 de febrero de 2017

POLÍTICOS

Continua llamándome la atención esa creencia ciega en los líderes políticos que manifiestan algunas personas. En un estado democrático del siglo XXI, una señora o un señor que pregona a los cuatro vientos que si él llega al poder —el ansiado poder— nuestra sociedad irá mejor porque él, y solo él o él mejor que nadie, sabe como conseguirlo; es como mínimo una persona soberbia y mentirosa. Y aquí incluyo a todos los líderes políticos de cualquier partido o los que intentan serlo y desplazar a su jefe. Todos muestran cara de cordero, pero tienen corazón de lobo. El tiempo lo demuestra. No se salva ni uno.

No soy apolítico, al contrario, creo que es necesario una estructura que articule la convivencia entre personas e intente mejorar la sociedad y la vida de cada ciudadano equitativamente. Pero desde luego soy escéptico respeto a los políticos, son humanos y ya se sabe, la carne es débil. Solo se entiende esa fe hacia un político por falta de racionalidad, por necesidad de creer en algo etéreo o por ser un necio. Quizá los tres estigmas a la vez. 

Imaginemos lo que ese super líder iluminado y mesiánico debe pensar en realidad: los votantes que suelen votar a mi partido tienen un perfil bastante definido, está sobradamente estudiado cómo es y qué piensa la mayoría de los votantes de cada partido. De hecho, estos estudios se nutren constantemente de nuevos datos, existen empresas especializadas. Un político sabe lo que sus votantes quieren oír y sus discursos van en esa dirección en un alto porcentaje. Otra parte es para denigrar a los contrincantes, tener un enemigo en necesario para potenciarse uno mismo. Y otra parte es para intentar raspar algún voto de otros partidos cercanos a su ideología. Estos son los tres parámetros que utilizan todos los políticos en sus discursos para encandilar a las masas (sus votantes) y lograr el ansiado ascenso la cumbre. Por lo tanto, el planteamiento de todos los políticos es absolutamente el mismo, solo que matizado para agradar a sus respectivos oyentes. En consecuencia, lo único que les interesa es llegar al poder. Son egoístas disfrazados, y no les culpo, en mayor o menor grado todos lo somos.  Y si no, miren a quien votan ustedes y por qué.

Históricamente los cambios que han conseguido mejorar la sociedad pocas veces han venido de la mano de los políticos. Siempre se ha alzado una voz popular que ha empujado a los gobernantes a actuar hacia una dirección u otra. En cambio, cuando han sido los políticos los que han conseguido ensalzar la voz popular mediante medios de comunicación utilizando falsas proclamas, casi siempre ha sido para deteriorar la sociedad, pero no su hacienda. Ya lo dijo Goethe: “Todo aquel que aspira al poder ya ha vendido su alma al diablo”. 

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