martes, 2 de junio de 2015

LA BURBUJA ETERNA

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Me perece cierto, pero insuficiente. Si actualizamos este dicho, como ha hecho Trapielo con El Quijote, se podría decir que el hombre se la pega, no dos ni tres, sino veinte veces con la misma burbuja. De todos es conocido el desequilibrio que existió durante años, o décadas, entre la construcción de viviendas y la venta de las mismas, inteligentes empresarios, "a forrarme y a los demás que le den", ese podría ser su primer y único mandamiento. Sobre esta burbuja ya se han escrito ríos de tinta, aun así parece que volveremos a pegárnosla. En el sector turístico está ocurriendo lo mismo, hoteles y apartamentos en cada metro cuadrado de los más de siete mil kilómetros de costa peninsular. Encontrar en el Mediterráneo doscientos metros de costa sin que se divise un hotel es prácticamente imposible. ¿Y en las grandes ciudades?, pues igual. Los que viven en una ciudad pegada al mar saben de lo que hablo. Las únicas construcciones nuevas que se hacen son hoteles y hoteles y más hoteles. ¿Hasta cuándo este esperpento?, ¿cuándo petará esta burbuja?. Calles y calles diseñadas y creadas para satisfacer el turismo, las ciudades y pueblos mediterráneos se están convirtiendo en parques temáticos para turistas. Y ojo, hay de todo, hasta el famoso "turismo de borrachera" cada vez más común. ¿Y las personas que viven en esas ciudades o pueblos?, pues nada, "qué se jodan", mientras cuatro empresarios hoteleros se lo llevan calentito.

Parece que la tendencia es "hacer lo fácil", da un poco la sensación que nuestro intelecto "no es mu pallá", que diría El Fary. No parece que ni la construcción ni la hostelería se nutra de puestos de trabajo especialmente cualificados, al menos en su mayoría, pero como es fácil crear puestos de trabajo en esos sectores por estas tierras nuestras, pues venga a construir y a tirar de hoteles. El resto de sectores parece que ni existe en la sociedad, precaria forzosamente con la calidad de empleo que genera, y no será porque no haya gente preparada en España, que la hay y en cantidad. Me aventuro a decir que entre la construcción, hostelería y funcionariado, tenemos más de la mitad de empleados en este país.

En vista de la incompetencia e incapacidad de los líderes políticos (a estos creo que les importa poco el empleo precario, recordemos sus altos y vitalicios salarios) y empresariales (a estos quizá les importe menos aún, se forran y encima pagan dos duros a sus empleados con la venia de los otros) para generar otro tipo de negocio, los que tienen la fortaleza, audacia e inteligencia necesaria para aventurarse con otro negocio, lamentablemente a los cuatro días le han crecido tantos enanos que comienza a repetirse la misma historia, la burbuja eterna que envuelve este país. Me refiero, por ejemplo a los festivales de música. Ahora que comienza el buen tiempo, este tipo de eventos crece como setas, que diría el tío Lorenzo de Riodeva. Solo nombraré la lista del mes de junio: No sin música. Festival de las Arts, Contemporanea, Tres sesenta, Artenou, I am global, Embassa't, Festival de los sentidos, Territorios, Metal Fest, Ibiza Rocks, Sónar, Anfirock Sound, Azkena Rock, Neox Rocks, Cultura quente, Mat Mad, Mulafest, Polifonik Sound, Poparb, 4every1, Emdiv music, Kristonfest, Derrame Rock y alguno más seguramente. Esto el mes de junio, en julio la oferta se multiplica por dos millones. Casi todos duran varios días, dos o tres. Ha llovido desde aquel FIB de 1995 en Benicasin (este es en julio), y ha llovido tanto que ha inundado cada palmo de la península, la burbuja festivalera musical es más que notable, hay demasiada hierba para el rebaño de ovejas. 

Lo mismo podríamos decir del fútbol, y sé que aquí entro en un terreno resbaladizo, vamos que me la puedo pegar, pero me da igual. Es el gran negocio espectáculo visual y que nadie piense otra cosa, el fútbol hoy por hoy es un espectáculo, deporte poco. La burbuja del fútbol está alcanzando las más altas cotas del absurdo, el señor Beckett tendría donde pinchar: fútbol el lunes, fútbol el martes, fútbol el miércoles, fútbol el jueves, fútbol el viernes (este día no lo tengo claro, pero me lanzo, uno más o menos, qué más da), fútbol el sábado, fútbol el domingo y fútbol de liga, fútbol de la copa, fútbol de la Europa Ligue, fútbol de la Champions, Mundial de fútbol, Copa Intercontiental, fútbol de Premier, fútbol de Bundesliga, fútbol del Calcio, y luego el fútbol de la estrellas como el fútbol de Messi, el fútbol de Cristiano, fútbol de Del Piero, fútbol a todas horas y en todas partes. Algún iluminado dirá un día: La Tierra es redonda porque el fútbol se juega con una pelota redonda, o alguna estupidez similar. Cientos de millones de personas pasmados por el fútbol. De momento la burbuja está inflada al máximo, o quizá no, quién sabe hasta dónde llegará la tontuna, pero cuando pete, la depresión será monumental.

Un poco más cercano y callejero, son las burbujas del día a día que vemos crecer y explotar con más rapidez. Hace unos años, no muchos, había dos o tres peluquerías en cada calle, y si era una calle larga la cosa podía ponerse excesivamente repetitiva, vamos, que ibas caminado y parecía que no avanzabas porque después de cinco minutos de paseo tenías la sensación que estabas al principio, la misma peluquería al lado de la misma panadería. Increíble, ¿tanto cortador y cortadora de pelo hace falta?, ¿tan rápido le crece el pelo a la gente? Siempre fue un misterio o mejor dicho, una burbuja. 

Ahora que ha salido lo de las panaderías, la nueva y novedosa burbuja, admito que esta burbuja me gusta mucho más que cualquiera de las anteriormente mencionadas. Como decía Baroja: aquella larga calle con olor a pan…, una preciosa frase para definir una calle. A poco que salgamos de casa nos toparemos con dos o tres panaderías, donde antes había una, ahora hay tres o cuatro. Espero que esta burbuja resista más que la burbuja del fútbol, simplemente es un deseo positivo sin intención de ser pernicioso en la comparación, que tal vez puedan pensar algunos.

En la misma línea que las panaderías están la fruterías. Es una burbuja agradable y saludable, pero es una burbuja muy inestable. Hay muchas, tantas como panaderías pero nacen, crecen, se reproducen y mueren con mucha rapidez. Este es otro enigma burbuja que no tengo claro porque se produce. Aunque me lo puedo imaginar, prefiero dudar antes que sentenciar.

Se me ocurren otras muchas burbujas sin mucho esfuerzo, pero es mejor que cada uno perciba las suyas, y digo suyas porque lo que para unos es burbuja para otros son rocas duras como granito Ese es el error, no hay nada lo suficientemente solido como para ser eterno (y eterno es una medida de tiempo variable en este caso). Vivimos rodeados de burbujas, nos envuelven universos volátiles y postizos que son como la propia existencia del ser humano.

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