martes, 1 de octubre de 2013

SCOLUM Y EL SPRAY


En el lugar más inesperado nos encontramos y le miré como quien mira un fantasma. No me lo podía creer, en mitad de la calle, en tierra firme, era Scolum, Joshua Scolum, el primer hombre que hizo navegando la vuelta al mundo en solitario. Era un magnífico cartel de una exposición celebrada en el Museo Naval de Madrid esta primavera pasada, a la que no tuve más remedio que ir, todo mi yo se veía empujado por una fuerza misteriosa hacia el museo. 

En el año 1895, con los limitados avances técnicos de la época, Scolum zarpó en su querido Spray, una balandra de madera de tan sólo once metros, una nuez en el océano. Su buen hacer marinero y sólo Dios sabe qué más, le hicieron completar la vuelta al mundo saliendo desde Boston y regresando tres años y dos meses después habiendo recorrido más de 70.000 kilómetros. Toda una aventura sin precedentes en la que su barco Spray fue su gran compañero, su hogar y su alma. Con un diseño muy marinero adaptado a navegaciones oceánicas, el Spray era capaz de navegar sin nadie al timón y mantener el rumbo durante miles de kilómetros (entonces no había piloto automático) circunstancia que hasta entonces ningún barco había realizado. Esto hizo que se hicieran cientos de reproducciones de este mítico velero que aun hoy en día surcan los mares.

Scolum se enfrentó a terribles tormentas que le impidieron avanzar, el Cabo de Hornos tubo que navegarlo dos veces porque una terrible tormenta lo hizo retroceder, navegó todos los océanos padeciendo larguísimas travesías de miles de kilómetros en unas condiciones muy limitadas que le hicieron tener alucinaciones en varias ocasiones debido al agotamiento extremo. En una de estas alucinaciones creyó ver al timonel de La Pinta llevando el timón de su barco, así lo relata en su libro "Joshua Scolum, navegando solo alrededor del mundo", obra que narra su maravillosa aventura. En su circunnavegación realizó varias escalas encontrándose con todo tipo de personajes, como la viuda de Robert Louis Stevenson o supuestos amigos que le acaban engañando. Scolum narra también el increíble viaje interior que surgió de esta aventura y según dice él mismo "un espíritu de caridad, incluso de benevolencia, había crecido con fuerza en mi naturaleza a través de las meditaciones de aquellos días supremos pasados en el mar".

Después de finalizar la vuelta al mundo y escribir su famoso libro, en 1909 Scolum se propuso navegar el Rio Orinoco… nunca más se supo de él ni del Spray, circunstancia que lo convirtió en una auténtica leyenda. 

¡Ah del Spray!

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