miércoles, 21 de diciembre de 2016

HASTA REVENTAR

Se nota un repunte de mensajes positivos en los medios de comunicación. En todos los periódicos y cadenas de televisión nos atosigan con empalagosos titulares que anuncian a bombo y platillo un fabuloso incremento en comidas y cenas navideñas, en gasto para “compras navideñas” y hasta en reserva de hoteles. El mensaje es claro: vivimos como reyes, nuestra sobrada solvencia económica nos permite pegarnos suntuosos homenajes en restaurantes distinguidos, comprar regalos a mansalva para toda la familia y, además, escaparnos unos días a un hotelito con encanto. Señoras y señores, ¡qué más se puede pedir!

Toda esta palabrería falaz se encuentra amparada por los medios de comunicación que controlan los tres partidos que han llegado a un acuerdo para gobernar, PP, PSOE y C’s. Su estrategia se basa en lanzar mensajes positivos para manipular la percepción general de los ciudadanos intentando dejar de manifiesto que la crisis es algo de tiempos pretéritos porque nos gastamos cantidades ingentes de dinero para disfrute personal. Este es el llamado quinto poder. Y diría que funciona, según he podido comprobar con mis propios ojos. El cazurrismo ciego que nos rodea me da escalofríos.

Alguien debería decir abiertamente que lo primero, sea Navidad o Semana Santa (me cansa un poco esa denominación tan religiosa, propongo cambiar el nombre a vacaciones de invierno o vacaciones de primavera, según el caso) es el bienestar de los ciudadanos. Padecemos la tasa de paro más alta de Europa, o de las más altas, desde hace una década. Los salarios de la “poca” gente que trabaja son cada vez más bajos, hasta el punto que hoy en día hay muchas personas que aun trabajando viven en el umbral de la pobreza. Los recortes en educación lastran la competitividad y el desarrollo intelectual de nuestros hijos. La sanidad es cada vez más precaria y todo indica que la única manera de ser atendido adecuadamente por un médico es pagando de forma privada. Se potencia desde los estamentos políticos la privatización de la sanidad y la educación. Las leyes anticorrupción brillan por su ausencia. Los tres partidos citados anteriormente no están haciendo nada para poner remedio a esta debacle social en la que estamos instaurados desde hace más de una década. Al revés, sus medios de comunicación, que prácticamente son todos los existentes en España, se dedican a difundir que esta Navidad comeremos hasta reventar porque vamos sobrados. Y eso que estamos en democracia.

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