martes, 26 de abril de 2016

MENTIRA, O QUIZÁ NO

En cierto modo, el panorama político es un reflejo de la sociedad. Mentira, o quizá no. Si hacemos repaso de los cuatro o cinco partidos con más representación en el parlamento nos podemos hacer una idea del país que tenemos. Mentira, o quizá no. La hostilidad entre políticos es la misma que se respira en la calle. Mentira, o quizá no. Señores políticos, si fuerais capaces de llegar a una acuerdo, en los cuatro o cinco puntos básicos que sustentan una sociedad democrática, es posible que la gran masa social también lime asperezas entre ellos. Mentira, o quizá no. Lo normal y adecuado para las relaciones personales, políticas y comerciales es el trato pernicioso. Mentira, o quizá no. Lo que está claro es que uno no llega muy lejos si es afable y muestra empatía. O acaso pensamos que un ministro o un presidente de una entidad bancaria o un consejero delegado de una multinacional es una persona simpática, cordial y preocupada por los problemas sociales y lucha a brazo partido por aumentar el salario mínimo y por incentivar inversiones para disminuir el desempleo. Diría que no. Lo que se lleva es el trato adverso, si se llega a un acuerdo será mirando al otro por el encima del hombro. De otra forma parece imposible. Y esto, creo que no es mentira.

Echando un vistazo al encriptado panorama político, es imposible toparse con un pez gordo que no viva en permanente estado de trato negativo, incluso despreciativo, y los que optan por un trato menos nocivo y más cordial, se nota a la legua que están envueltos en una piel de cordero, cuando son tan lobos como el resto. La mayoría de los ciudadanos desea un pacto y quiere que se mejoren sus condiciones de vida o, al menos, que se mantengan, y no al revés, como está sucediendo en los últimos años. Y esto, tampoco es mentira.

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