martes, 20 de enero de 2015

YO SOY VALLECANO


Si pudiera elegir el próximo campeón de liga, sin lugar a dudas elegiría al Rayo, al Rayo Vallecano. Y además, creo que muchos de vosotros también elegiríais al Rayo, la prueba evidente consiste en pensarlo unos segundos y comprobar el resultado. Mi equipo (tiene gracia esa forma de hablar, "mi equipo"), nunca ha sido el Rayo Vallecano, pero también puedo afirmar lo contrario, el Rayo Vallecano es mi equipo, porque tarde o temprano, lejos o cerca, es el equipo de todos. Por su debilidad frente a los mastodontes podría ser un David risueño volteando su honda, por su valentía en el inmenso campo de batalla podría ser un D'Artagnan audaz esgrimiendo su espada, por su resistencia y obstinación podría ser el mismísimo Miguel Strogoff cruzando la helada estepa rusa plagada de enemigos para cumplir con su cometido, por su habilidad navegando entre mares tempestuosos podría ser el intrépido capitán Nemo avanzando rumbo directo a la ensenada. 

El Rayo Vallecano, Vallecas, es todo esto y mucho más. Representa la ilusión del frágil e insignificante por salir adelante en una liga, o en un país, repleto de personajes soberbios, irrespetuosos y narcisistas. El Rayo, Vallecas, es como Oliver Twist, siempre viviendo en la pobreza y a pesar de ello es el más rico, el del corazón más grande, el más humano y el más solidario. En Vallecas te puedes encontrar a Muñoz Molina en una cantina tomando anotaciones y girar la cabeza y tropezarte con Pablo Iglesias charlando de política con el camarero. Más de seiscientos mil vallecanos, la cuarta o quinta capital de España, habitan en un barrio colosal, desgarrador y genuino, donde las banderas están rasgadas en pos de la libertad y la igualdad.

El monstruo obrero está despertando al este de la ciudad inundando de esperanza a toda España. Al este del edén madrileño, está saliendo de su guarida el dragón ateo-laboral para terror los conservadores y los que se hacen pasar por socialistas. Esperemos que esta revolución no se quede solamente en lo estético, tampoco puede pedirse que venga Einstein con la camiseta del Rayo Vallecano para cambiar el mundo y mejorar la vida, pero hay que desearlo y a veces los deseos se hacen realidad. El dragón anda suelto por la calle luchando por la caída de los valores conservadores y la destrucción de unos principios demasiado capitalistas y poco o nada humanos. Los líderes conservadores y fingido-socialistas pugnan entre ellos por derribar a ese dragón empuñando la espada del capitalismo con el respaldo de oro de bancos y megaempresas.

Si tuviera que elegir las diez personas más distinguidas de España, eligiría diez vecinos de Vallecas al azar. Ahora el Rayo Vallecano, Vallecas, juega en Primera y hasta puede que veamos a Einstein con una camiseta de Rayo. 

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