martes, 16 de septiembre de 2014

SODOMIZACIÓN MASIVA


Nos hemos pasado la vida sodomizándonos unos a otros (unos más que otros) espiritual y delicadamente. Moralmente. El castellano está plagado de expresiones que le envían a uno tomar por la retaguardia de la manera más ruda o más sutil. La diferencia más notable desde que somos europeos y demócratas y hasta socialdemócratas algunos, consiste en que lo hacemos con profiláctico y no en crudo, que era la agreste costumbre. El profiláctico ha sido decretado artículo de primera necesidad, y lo es aquí más que en país alguno, dado el artesano uso de los bajos que metafóricamente hacemos unos de otros a cada momento. 

En el trabajo, en la calle, entre amigos y enemigos, en la política, nos pasamos el día sodomizándonos, aunque no sexualmente (tendría otro aliciente), y en general, el de arriba al de abajo. Ya que los de arriba nos lo hacen, que nos lo hagan con profiláctico. Con el profiláctico de los buenos modales, la oportuna educación y el saber estar, aunque en el fondo sin respeto. 
Recientemente hemos padecido una campaña de información para que los usuarios puedan "leer" el recibo de la luz y averiguar que compañía es más ventajosa para él dentro la fingida oferta de compañías. Quiere decirse que los monopolistas de la electricidad han estado sodomizándonos económicamente, con o sin goma, durante toda la vida, pues nunca hemos sabido qué conceptos eran los que pagábamos además de ir subiendo sus precios muy por encima de lo que sería lo lógico, al menos para el sodomizado. La citada campaña de información, por parte de las compañías, equivale al profiláctico moral con que ahora nos introducirán el recibo en casa más suavemente. Y como no queremos vivir en cavernas, pues a tragar.
Hacen falta muchos profilácticos de este tipo, sí, en la vida española. Y es un detalle por parte de los de arriba, que se están haciendo europeos con gran aprovechamiento y por fin recurren a la goma o la mantequilla o la vaselina, que espiritualmente duele menos. Cuando a los sodomizadores se les acumula el trabajo (por ejemplo ahora, con la crisis, la corrupción, el paro y los nacionalismos), nos sodomizan el alma y la mente día y noche mecánicamente, como auténticos robots. De tanto sodomizarnos sin descanso, sería mejor que fueran robots de verdad, se lo hacen más aséptico, que es importante por si falla la goma.
"Arreglaremos la economía en dos años". "¿Se han pagado sobresueldos? Sí, como en todas partes…". "Tenemos que conseguir que los españoles confíen en que la política es limpia", "Cuando gobierne el paro volverá a sus niveles más bajos", ha dicho Mariano Rajoy. "La consulta debe producirse en cualquier caso. Si se autoriza mejor. Si no, la haremos igualmente". " No descarto la declaración unilateral de independencia", ha dicho Artur Mas. "El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual…". "Nos quieren confiscar la victoria y también nos quieren robar la honorabilidad", "Yo trabajo por y para Cataluña", ha dicho Jordi Pujol. Todas estas frases son lo que se llaman un misil espiritual, y nada tan fálico y lascivo como un buen misil embadurnado de vaselina.
Habíamos llegado a un punto en que las gomas se adquirían en los mercadillos callejeros, en los lavabos de los bares y en la salida del súper, dada la prisa que al español le entra a veces por molestar a otro español. Pero el Ministerio del ramo ha saneado todo esto y ahora nos lo van a hacer con garantías higiénicas. Uno lleva toda la vida aguantando en crudo y por eso agradece que los dirigentes se lo hagan más fino. No sabía yo que Europa nos iba a entrar por ahí.

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